lunes, 8 de junio de 2009

SANAR DESDE EL ALMA

Cuando emprendemos una actividad, cualquiera que sea, nos dicen: “Póngale el alma y verá los resultados”. Al presenciar una obra de arte como la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, sabemos que fue hecha con el Alma. Las grandes realizaciones del ser humano son consecuencia del esfuerzo y disciplina de muchas personas que se han entregado incondicionalmente.

Existe el alma, un anima mundi que nos une, y también el alma individual que nos inspira e ilumina. El alma nace con nosotros, es como la Estrella del Norte que guía a los navegantes; así como el Sol irradia su luz, señalándonos el camino de regreso al hogar.

El hombre, en la búsqueda de la realidad, se apartó de Dios y buscó en el método científico de investigación hallar la verdad. En el instante que olvidamos la esencia se pierde la oportunidad de alcanzar la sabiduría , la cual nos permite ver con claridad lo que hasta ahora se presenta como un gran misterio para la mayoría de los hombres. Avanzar en dirección del alma es ir en busca de la luz para encontrar las soluciones a los problemas de hoy.

El conocimiento llega a aquellas personas que tienen en su corazón pureza de intención y voluntad, dispuestas a servir de manera consagrada al progreso de todos. En la medida que aceptamos aspectos como la fe y la esperanza dentro de una realidad científica, surgirán médicos sanadores y los pacientes despertarán sus habilidades para su autocuración.

Por fortuna, los investigadores comienzan a explorar áreas del conocimiento como los campos magnéticos, las leyes de atracción, el campo de energía humano y la manera como nuestros pensamientos materializan el presente.

Ha llegado el momento histórico en que es posible una fusión general de ciencia y espiritualidad. Desde el alma trabajaremos unidos, ayudándonos a sanar unos a otros. La unidad cuerpo-mente funciona como un organismo integrado y coordinado; apto para ser dirigido por el alma.

A medida que el hombre evoluciona , activa su conciencia y también los centros energéticos o chacras. En un principio, su conciencia es más egocéntrica, ocupándose de sobrevivir; luego asume responsabilidades grupales, hasta que finalmente se da cuenta de si mismo como el alma a través de una personalidad integrada y coherente, para dar paso a la contactación con el mundo espiritual. Este proceso se da cuando une la energía del corazón y la cabeza. Por eso decimos que un ser humano es lo que piensa su corazón.

Vicente Ramirez González.


Sitio: http://www.medicinacuerpomente.com