lunes, 15 de junio de 2009

PEQUEÑOS CAMBIOS QUE MUEVEN EL MUNDO

VENERAMOS EL ÉXITO, aspiramos a lo más grande y buscamos la perfección. La mentalidad occidental apunta siempre a la gran dilocuencia, a lo más sonoro, pero olvidando que todas las grandes empresas vitales surgen de pequeños movimientos y que, como lo dicta la naturaleza, todo tiene que empezar pequeño para, con el tiempo y poco a poco, ir creciendo, tomando forma y fuerza.

De este mal entendido sobre el logro fácil y rápido salen mentalidades tan peligrosas como las del enriquecimiento Express (donde todo se vale para conseguir lo que quiero ya), la cultura de los famosillos (ser reconocido, salir en la tele, lograr la fama, sea por chismes, escándalos, entre otros). El problema es que al crecer de bases sólidas, lo que se obtiene en estas condiciones resulta tan efímero e incierto como la forma de ganárselo , porque al final, las grandes empresas y los grandes logros se consiguen mediante la construcción paulatina de una estructura sólida que nos permita crecer.

Esto no significa tampoco que los objetivos ambiciosos sean imposibles o se lleven la vida entera. Según Fernando Trías de Bes, conferenciante y escritor español, “lo que nos separa de objetivos imposibles y de sueños razonables es lo mismo…, los pasos necesarios para alcanzar pequeños objetivos conducen a los sueños inalcanzables, sólo es preciso ponerse a andar y avanzar poco a poco”. Actuar, porque es la única forma de avanzar. Es realizar las modificaciones necesarias a escala personal y humana , como el barrendero de “momo” que para barrer las interminables cuadras que estaban a su cargo, sólo intentaba resolver el paso que tenía en frente, o como los deportistas de élite, que, al preguntarles cómo han llegado a donde están, muchas veces responden que si se lo hubiera propuesto no lo habrían logrado. Es en el paso cotidiano donde se construye futuro. En los hábitos, en los pequeños esfuerzos por superarnos, en la voluntad de hacer lo que hagamos bien hecho (Porque como decían las abuelas, cuesta lo mismo hacer las cosas mal, que hacerlas bien). Es ponernos metas que nos motiven , no que nos desborden, para fortalecernos tanto en nuestra capacidad de acción y de esta forma acercarnos a nuestros sueños.

Los pequeños cambios parecen invisibles e inservibles, pero al igual que en la navegación, donde un solo grado de cambio en el rumbo nos dirige a cientos de kilómetros de distancia del punto hacia donde nos dirigíamos originalmente, pueden cambiar el rumbo de nuestras vidas.

Muchas veces por ver el horizonte dejamos de ver el paso que estamos dando. Muchas veces la
meta parece tan lejana, que perdemos todo impulso de lucha. Porque “el futuro” es inabarcable, pero el hoy, con sus 24 horas, si esta dentro de nuestra capacidad de intervención. Por ello los sueños se empiezan a construir en el momento presente, con una pequeña acción, una pequeña decisión, un mínimo de movimiento.


Maía Abascal
Revista 5 Sentidos 2007