CUANTOS DE LIBERACION
La atención es como una linterna; focaliza y concentra; cuando dirigimos la linterna hacia un objeto, el rayo de luz enfoca, concentra y exhalta aquello que tenemos enfocado y vamos entonces a ver eso y solamente eso.
Igual sucede con nuestros compañeros mas próximos; si nos centramos solamente en lo que nos molesta de ellos, en lo que deseamos criticar en ellos o tal vez en lo que no aceptamos en ellos es eso y solamente eso lo que vamos a ver a percibir y a compartir con ellos… Mas serán ellos solamente ese aspecto que estamos percibiendo? No! Claro que no! Ellos son mucho mas que ello y posiblemente nos estamos privando de percibir en ellos aquellos aspectos amorosos, creativos y enriquecedores que con absoluta seguridad tienen.
Aprender a ver lo que apreciamos en las personas es una cuestión de decisión; es decidir cambiar de enfoque; es ser concientes de que lo hemos mantenido oculto por enfocarnos solamente en lo que nos molesta de ellos y por lo cual los queremos juzgar, criticar y hasta en ocasiones atacar; es cuestión de empezar a estar alertas en el sentido de ser concientes en que aspectos nos centramos principalmente con nuestros compañeros, ser concientes y en ese momento tomar la decisión de cambiar de enfoque.
A todos nos sucede lo anterior; la tendencia mas arraigada y mas común es el enfoque a lo negativo; es lo que mas gusta, es lo que mas se vende, es tal vez el tema preferido, hablar con otros compañeros de aquellos que no se encuentran presentes y de lo que nos molesta de ellos.
Tengo un grupo de compañeros que estimo mucho y con los cuales me reuno con frecuencia; en ocasiones con todos ellos, en otras con algunos de ellos y en otras con uno o alguno de ellos; empecé a ser conciente que la conversación central era el juzgar y criticar los no presentes; en especial hay un compañero que se especializa en imitar burlescamente a los demás; empecé a sentir fastidio por esta situación, empecé a pensar; si esto es lo que sucede con mis compañeros, también debe suceder conmigo cuando no estoy y entonces empece no solo a sentir molestia con esta situación, sino que empecé por alejarme de mis amigos y eludir las reuniones con ellos; me empecé a llenar de malestar, empecé a tener casi que un listado de las molestias que me ocasionaba cada uno de ellos y así estuve por un buen espacio de tiempo..hasta que un día recibí el chispazo de iluminación que me conecto con lo que estaba sucediendo. Claro! Me estaba enfocando solamente en los errores de mis amigos y estaba manteniendo oculto lo que hay mas allá de dichos errores; empecé a frecuentar nuevamente mis amigos, estando muy alerta a mis sentimientos mientras estaba con ellos; si sentía malestar me estaba enfocando en sus errores; si sentía dicha me estaba enfocando en su verdadero SER; cuando empecé a hacer lo anterior y a ser perseverante en ello, es como que un nuevo y maravilloso mundo de amistad se hubiera abierto ante mi; yo esperaba que fueran ellos los que cambiaran su comportamiento y como lo consideraba tan difícil creía que no tenia solución, que tal vez necesitaba cambiar de amigos o tal vez considerar que la amistad no existía; mas fui yo el que cambie, el que empezó a mirar la situación de otra manera y así he seguido incrementando cada vez mas la dicha de compartir con ellos.
Lo que me dio el chispazo cuántico fue la lección 181 de Un Curso de Milagros que dice “Confió en mis hermanos que son uno conmigo” esta lección la había leído varias veces, mas no la había hecho una realidad no la había aplicado concretamente a mi vida.
JORGE H. CALLE

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